INICIO Y TRANSFORMACIÓN DE SELLO OCHO

INICIO Y TRANSFORMACIÓN DE SELLO OCHO

“El Origen y Viaje de Sello Ocho”

Hace una década, en un entorno universitario, un grupo de amigos compartió una visión. Una visión que se materializó en Sello Ocho, un proyecto que fusionaba la creatividad de ocho mentes únicas en un ambiente de moda innovador. Hoy, mirando atrás, esos ocho amigos han dejado una huella indeleble en la vida de quien ahora lidera este proyecto transformado.

"Sello Ocho nació como un sueño compartido entre amigos", reflexiona Sandra Ramírez, actual fundadora  y directora creativa de la marca. "Éramos un colectivo diverso de ocho diseñadores con estilos y propuestas distintas. Cada prenda que creábamos era más que una pieza de moda; era un sello de nuestra amistad y nuestra creatividad conjunta". El nombre encarnaba la esencia misma del proyecto: una fusión de ocho personalidades distintas, unidas en una visión común. Sin embargo, como el flujo de la vida misma, Sello Ocho experimentó transformaciones inesperadas a lo largo de los años.

"De los ocho fundadores originales, quedamos solo tres socias;  para luego, quedar únicamente dos. Y al final, sólo yo". La evolución del equipo no disminuyó la pasión ni el compromiso, sino que reforzó la resiliencia de la marca y de su líder. Manteniendo el nombre que en su día capturaba la esencia del colectivo,  Sandra se enfrentó a la tarea de revitalizar y reinventar Sello Ocho en solitario y tratar de adaptarse al nombre previamente lanzado. "Fue un desafío, pero también una oportunidad para crecer y explorar nuevas facetas de la marca", reflexiona.

El primer año en solitario fue una prueba de fuego, pero el destino tenía reservada una sorpresa en tiempos inciertos. "Durante la pandemia, un nuevo socio llegó a mi vida. Mi amigo, mi confidente, y ahora el CFO de Sello Ocho. Su llegada trajo orden, claridad financiera y, sobre todo, un apoyo inquebrantable en cada paso del camino". La pandemia fue una época de desafíos y adaptaciones, pero también de crecimiento y fortalecimiento de vínculos. Sin embargo, como todas las tormentas, esta también pasó, y con ella llegaron nuevos desafíos. "Mi socio estratégico tuvo que partir debido a compromisos personales", comparte Sandra. "Pero su influencia y apoyo resonarán eternamente en Sello Ocho".

A medida que la marca avanza hacia el futuro, lleva consigo la huella de sus orígenes y las lecciones aprendidas en el camino. "Sello Ocho puede haber comenzado como un sueño compartido entre amigos, pero ha evolucionado hasta convertirse en una expresión de resiliencia, creatividad y determinación", concluye la creadora de la marca. "Y aunque el equipo pueda haber cambiado, el espíritu que nos impulsó sigue vivo en cada costura, en cada diseño y en cada paso que damos hacia el futuro". 

El viaje de Sello Ocho es un recordatorio inspirador de que, incluso en los momentos más oscuros, la creatividad, la amistad y la determinación pueden iluminar el camino hacia nuevos horizontes.

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